MIRADAS CERCANAS AL RIO - 15 Instameet Barrancabermeja

En días pasados, un centenar de fotógrafos provenientes de distintas geografías de Santander e incluso de departamentos vecinos, se dieron cita en Barrancabermeja, municipio perteneciente a la Provincia De Mares, localizado al occidente del departamento, en límites con el Departamento de Antioquia y separado por el paso del Gran Río de la Patria, el Magdalena. Miradas sobre el río. Miradas sobre los vestigios que enmarcan el capítulo motor del desarrollo de la ciudad, la industria petroquímica. Miradas sobre el río mismo. Miradas sobre las ciénagas que conforman la estructura hídrica de la región. Miradas sobre una cultura riana y una raza muticultural y multidiversa, de piel color de río y de sol.

El objetivo era aceptar la convocatoria de los líderes del grupo IG_SANTANDERES, una dinámica que busca a través de la red social Instagram, promover la afición, el gusto, la pasión e incluso la profesionalización del arte fotográfico.

Viable las primeras miradas de la cita se posaran en el río y en las opciones que las luces del atardecer proveían sobre sus aguas hechas una acuarela de cálidos colores.

Instagram una aplicación creada en el 2010 con destino exclusivo a la marca IPhone, muy pronto se convirtió en una red social revolucionaria, moderna, de gran cobertura y una amplia sincronía con la creciente pasión alrededor de la imagen y de la fotografía. Con mas de 200 millones de usuarios alrededor del mundo y la apertura a otros sistemas operativos, en el 2012 nace en Italia el primer grupo de usuarios fotógrafos bajo el nombre de IG_Italia. En menos de seis meses, estos grupos se habían multiplicado a por lo menos 300 países, ciudades o regiones alrededor del mundo.

La dinámica no era otra que convocar por ciudades, regiones y países, a los amantes de la fotografía para conformar grupos facilmente idententificables por relación de cercanía geográfica y compartir a través de esta red social, las distintas formas de ver y de hacer ver sus riquezas naturales, sus paisajes, sus eventos culturales, la arquitectura, las expresiones culturales, los fenotipos y razas correspondientes, etiquetando cada imagen con el hashtags del grupo, constituir un equipo coordinador cuya función sería la de filtrar las imágenes subidas, pero sobre todo, la de destacar a través de distintas convocatorias virtuales, las fotos del día, la foto del concurso citada, etc.

Con el crecimiento de los grupos, por ejemplo, en Colombia funcionan mas de quince grupos IG, entre los que se nombran IG_Cartagena, IG_Bogotá, IG_Manizales, IG_Santanderes y por supuesto IG_Colombia, nace a nivel mundial una nueva iniciativa que le apunta a convocar por lo menos dos veces al año, a un encuentro no virtual, entre los miembros de cada grupo, trascender las barreras invisibles de la red y ponerle rostro al grupo. Se trata del llamado Instameet, que traduce ¨Encuentro de amigos del Instagram¨.

Para el caso de IG_Santanderes, desde el 2013 se vienen realizando estos encuentros con citas en Giron, Barichara, Páramo de Santurban, Municipio de Guadalupe, entre otros.

BARRANCABERMEJA LA HIJA DEL PETROLEO

Tras una gestión del grupo líder de IG_Santanderes ante la administración municipal de Barrancabermeja, se organizó la versión 15 del Instameet, teniendo como norte el cruce de miradas sobre Barrancabermeja, teniendo como ejes espaciales de esas búsquedas, cuatro puntos estratégicos desde la perspectiva turística del municipio: el muelle sobre el Río Magdalena, el Malecón del Petróleo a un costado de la Ciénaga del Miramar, el sitio de pescadores conocido como La Represa en proximidades a la bocatoma que recoge el agua cruda que alimenta el acueducto urbano del municipio en la Ciénaga de San Silvestre y el Corregimiento El Llanito, a un costado de la ciénaga del mismo nombre.

Se organizaron los grupos equitativamente y en buses dispuestos por la alcaldía municipal, se realizó el traslado hacia cada punto, bajo el direccionamiento que la permanencia en cada lugar sería de un máximo de una hora, a fin de que todos los participantes pudieran disfrutar de las oportunidades fotográficas de cada uno de los lugares propuestos.

Refinería de Ecopetrol, eje de la industria petroquímica y primer eje de la economía local.

Barrancabermeja desde sus orígenes ha estado ligada a la industria petrolera. De hecho, en las Crónicas de Indias se encuentran reportes de algunas costumbres de los naturales de la zona por ellos llamada La Tora y por las avanzadas de los conquistadores al mando de Gonzalo Jimenez de Quezada, quien llamó a estas tierras ¨las barrancas bermejas¨, por el color de las tierras que enmarcaban el cause del Magdalena, que los antiguos pobladores de la aguerrida tribu Yariguies, se aplicaban sobre sus cuerpos el crudo que brotaba libremente de la tierra, tanto para sus ritos guerreros, como para protegerse del acoso de los mosquitos.

Cuando a comienzos del siglo XX inicia la llamada ¨Era del Oro Negro¨, resultado de la gestión realizada por Roberto de Mares ante el Gobierno Nacional que le otorga la llamada Concesión de Mares, la cual le permitía realizar las gestiones necesarias para promover la explotación del petróleo localizado en un amplio sector geográfico de la zona por los siguientes 30 años y tras ella surge la gran industria alrededor del petróleo, llegando la empresa norteamericana Tropical Oil Company, que a partir de entonces se llamaría por el común de los barramejos La Troco, daría comienzo a una historia extensa en torno a este sector de la economía, que revertería en el desarrollo de toda una estructura cultural, social, económica y humana en torno a ella.

Barrancabermeja desde entonces sería sinónimo de petróleo. En sus alrededores a partir del primer pozo explotado bajo el nombre de campo Infantas, iniciaría primero un gran proceso de implementación tanto en materia de explotación, teniendo como eje el llamado Campo 22 o sencillamente El Centro y unos años adelante, con el inicio del proceso de refinación tras la construcción de la que por entonces sería la mas grande refinería industrial de petróleo de América Latina.

Todo el siglo XX la ciudad se movería alrededor de la industria petrolera y de alguna manera, todo sería reflejo de su devenir, desde las perspectivas positivas por todos identificables que llevaron a que Barranca ostentara el título de ¨Ciudad Motor de Colombia¨, hasta las consecuencias de una economía fluctuante que propició fenómenos de desplazamiento poblacional, violencia, degradación social, economías subterráneas y unas expectativas de porvenir, no muchas de ellas satisfechas.

De la presencia de la industria del petróleo en la región, muchas miradas coincidieron, en especial las ofertadas en los alrededores del Malecón del Petróleo, observatorio sin par de la refinería de Ecopetrol, sus múltiples opciones compositivas al reflejar su estructura sobre las verdes aguas de la Ciénaga de Miramar y sobre todo, del Cristo Petrolero, monumento de 26 metros de altura, elaborado por los trabajadores de la empresa estatal y que se yergue imponente sobre las aguas de la ciénaga, perfilando su figura sobre las estructuras, torres, calderas y sistemas de vaporización de gases que componen la refinería.

VIENE EL PESCADOR CON SU PESADA ATARRAYA

Evidentemente el segundo renglón de la economía regional tiene como eje el río y sus posibilidades como puerto, canal de transporte y en especial la pesca.

Mas no vamos a detenernos en los factores socioeconómicos derivados de esta renglón de la economía, pues poesía, mucha poesía hecha canción, mucha poesía hecha imagen, nos basta y sobra para descubrirnos y sorprendernos en este universo visual de la pesca.

Debo confesar primero que en los muchos años que viví en Barrancabermeja y en las muchas oportunidades que fui y vine por esa tierra de encanto, nunca me detuve en el sitio conocido como La Represa, lugar donde se localizan las esclusas del sistema de captación de las aguas de la Ciénaga de San Silvestre que alimenta el acueducto de la ciudad. Allí por alguna razón que solo los avetados pescadores conocen, se encuentra una particular concentración de peses, lo que hace que se reúna en ese entorno, una cantidad notable de pescadores que ya sea de manera paciente con sus hilos de pesca tendidos o lanzando una y mil veces sus atarrayas, van recogiendo el fruto de su paciencia que les surte de manera abundante estas aguas.

En una especie de danza de ballet donde la atarraya vuela sobre los aires rompiendo en perfecto equilibrio los fondos que enmarcan el paisaje de agua y verde vida, el pescador se convierte en el danzante de mágicos pases ante la atónita mirada del fotógrafo.

Hasta donde mi muy escasa experiencia de pescador me dictaba, no había técnica mas eficiente que la red para pedirle a la fuente sus frutos hechos peces. Mas estando frente a esta decena de hombres distribuidos en las posiciones estratégicas que la experiencia les dictaban, estaban alineadas con la travesía acuática de los anhelados frutos, comprobé que la pesca indistintamente sea con la paciente tendida del hilo y el anzuelo o utilizando la atarraya, exige paciencia, mucha pero mucha paciencia, pues en promedio pude calcular que solo tras cada diez o doce lances, el resultado trae satisfacciones.

Pedro Romero, un curtido pescador al que acompañé en varios de los lances, con un cierto dejo de nostalgia en su mirada, me contaba que antes eran menos las tarrayadas que había que lanzar para hacerse a una buena pesca, pero tres factores han incidido negativamente en la pesca en la Ciénaga. Primero el aumento de la contaminación de las aguas, el cierre de varias bocas por donde llegaba el agua de quebradas y ríos menores que la alimentaban y el uso del trasmallo, un sistema que deja al pescador tradicional jodido porque eso no deja pasar es nada.

El lenguaje de la mirada es definitivo cuando los pescadores, en silencio y a la debida distancia, se alinean para de manera secuencial lanzar la atarraya y así no dejar campo a que los peces escapen.

Las imágenes ya nos cantaron su himno visual. Dejemos ahora que esta misma inspiración que condujo a las mil obturaciones que desde distintos ángulos se dieron, den paso a otra forma de inspiración. Paso solemne a la letra El Pescador que tantas veces se ha coreado acompañando el canto solemne de la maestra cantora Totó La Momposina.

Va subiendo la corriente Con chinchorro y atarraya La canoa de bareque Para llegar a la playa

El pescador habla con la luna El pescador habla con la playa El pescador no tiene fortuna Solo su atarraya

UN EXISTIR REFLEJADO

Cuando la mirada del fotógrafo se educa para el encuentro, un necesario horizonte de búsqueda tiene como oriente posar la vista en los reflejos. Por sugerencia dictada en los primeros pasos en la formación de la composición en fotografía, siempre en los reflejos habrá sustrato para definir una buena imagen.

En el periplo cumplido, encontramos muchas razones para detener la mirada en ese encuentro con los reflejos. La ciénaga se volvió espejo y en ella se miraron las ruinas de un antiguo estadero localizado en inmediaciones de la ¨Represa¨, lugar testigo silente de un oscuro episodio de épocas de la guerra, cuando los grupos paramilitares cundieron de terror el lugar y tras su huella de sangre y dolor, dejaron la clara advertencia de su clausura. De ahí que hoy sean solo ruinas silenciosas del ayer.

Espejo también fue el extenso puente cubierto que une un sector del poblado del llanito, con las casetas que ofician de restaurantes típicos, que se ubican en ese privilegiado lugar para brindar al turista no solo los suculentos platos del mejor preparado de pescado de la región.

Y espejo fue el pescador que en su piragua volvía al muelle habilitado, para descargar el resultado de horas y horas aguas adentro, en procura de la mejor pesca posible.

Tras la armonía de cada reflejo, hay una historia por contar, un capítulo por escribir, un cuento por narrar.

RETRATOS DE TIERRA Y AGUA

Y así como los reflejos nos contaron su historia, el turno le correspondió a la gente. El retrato, el mejor de los divanes para descubrirnos la esencia del ser, se nos brindaron en bandeja de plata a los visitantes. En cada rincón una sonrisa nos retaba a obturar. La amabilidad de estos hombres, mujeres y niños contagiaba. Pues por dolor que llegasen poder a tener entre sus arrugadas almas, predominaba el saludo cordial, la mirada pendiente, la sonrisa al viento.

La niña que ubicada a un extremo del puente oficiaba de vigilante de los carros y motos parqueadas a orilla del muelle y que con solo ver nuestras cámaras se transformó en la mejor de las modelos, de la mas exclusiva de las pasarelas.

La anciana orgullosa del bello trabajo de manos de experta tejedora de crochet, cuya sonrisa iluminaba chispeantes incrustaciones de oro y que guardo con el debido celo ante muchas de las cámaras que le apuntaban, pero que en un instante de compinchería y de cruces de miradas o quizá de espíritus comunes, se desbordó en una singular y única sonrisa desatada que por supuesto, la destreza del fotógrafo no podía dejar pasar, para congelarla en la historia viva de este encuentro.

Edades opuestas y corazones paralelos, una mirada en común y un gesto único merecedor de la obturación precisa en el momento decisivo.

El vendedor de cocadas que a voz resonante ofrecía el dulce producto y que con su atavío de la camiseta oficial del América de Cali, insinuaba para el atento cronista su efectivo origen chocoano y por ende, su familiaridad con el equipo de la chispita. Carcajada desenfrenada, sonrisa sin limites y el click del obturador para congelar ese instante único e irrepetible del gesto no preparado.

El niño del restaurante, en transito hacía una segura revoltosa juventud, también objeto de esta captura de miradas, en este caso, desprevenida, casi ausente, pero no por ella carente de ese encanto único con sabor a río, muelle, color y calor humano.

Sin poder faltar por supuesto, el anciano vigilante y narrador de todas las historias contadas y las por contar. Negado a muchos intentos de ser fotografiado, pero curiosamente tranquilo ante la presencia de mi impactante lente de 600 mm, que en lugar de provocar reacción contraria, le generó la confianza necesaria para dejarse retratar.

Tres miradas, tres retratos, tres cuentos bien contados en la mirada de cada alma.

TODOS LOS COLORES AL VUELO

Y como si nos hiciera falta algo mas para llevarnos en nuestras memorias digitales para el revelado de este encuentro de amigos de la fotografía, ahí estaba a metros de nuestra mirada, el recurso de la vida hecho a la medida del vuelo de las aves, del vuelo lento y maravilloso de las garzas, a la presencia camuflada de la casi extinta chavarria, del pato aguja en el momento instante de la captura de su presa, de la hermosura de las pequeñas aves de la zona llamadas a unas viuditas por el vestido negro que cubre parte de su plumaje blanco y el toche de agua, con su particular tocado amarillo en su cabeza.

La siempre presente garza blanca en volando, reposando o navegando sobre un tronco, motivos de mas para llamar la atención al más desprevenido de los fotógrafos.

La garza gris - Ardea cocoi-. La perseguida y casi en peligro de extinción chavaria - Chauna chavaría - y el vigilante gavilan, modelos de estas geografías del encanto.

La viudita - Fluvicola pica- jugando entre los arbustos. La golondrina veraniega - Tachycineta albiventer- y el toche de agua - Chrysomus icterocepalus-, registrado en medio de la llamada planta mata cálculo, para los naturales de la zona, la única fórmula efectiva para curar esta enfermedad renal.