BARICHARA PARA ENAMORARSE
- Mauricio Olaya
- 11 ene 2017
- 2 Min. de lectura

Para vivir y disfrutar a plenitud el sentido de conocer al Pueblo Mas Bonito de Colombia, en principio fundamental es darse tiempo. Acá no caben las prisas. Recorrer Barichara implica estar dispuesto a sentir que se le hace el amor a la mujer que se ama. Implica recorrerla recodo a recodo, admirarla en cada detalle, palpar sus paredes, detenerse en el momento preciso, admirarla, sorprenderse y dar pie a la exclamación precisa.
Barichara es un pueblo que parece el resultado mismo del oficio ancestral de sus antepasados talladores de la piedra. Cada calle, cada casa, los cuatro templos que orientan la fe de sus pobladores, el cementerio y los elementos decorativos de sus parques todo es piedra tallada. Acá el fundamento del masón se hace visible, cientos de piedras brutas talladas a fuerza de cincel y de mallete, para alcanzar la perfección, en esta caso particular hecho pueblo.
Desde el año de 1985 cuando la todavía existente Colcultura convocó mediante votación abierta nacional la elección del Pueblito Mas Lindo de Colombia, Barichara a la postre el municipio ganador, ha mantenido ese título que se ostenta con orgullo y que hoy la convierten en uno de los destinos turísticos de primer orden en el país.

Barichara como insisto, es un pueblo a la medida de los enamorados, pues no hay placer mas grande que el tiempo dedicado a la contemplación de los amantes. Todo acá es preciso para la ocasión y mas aún, si se le suma ese silente ambiente donde la respiración se escucha. Esos detalles que dirigen todas las miradas como lo hacen esas minúsculas ventanas que parecen haberse pensado con el único fin de estar al servicio de la mirada que observa al caminante y de la curiosidad del mismo por querer descubrir que hay tras ella.
De sus gentes mucho por decir. La huella que se transforma en su símbolo de identidad es la tierra o mejor el color de la tierra. Al terminar la jornada diaria, desfilan por las calles con sus azadones al hombro y la mirada, como atraída por un imán, no puede dejar de trasladarse hacia los pies del caminante, pues en ellos, adherida a sus cotizas, esta la tierra ocre y bermeja que les ha dado la nominación de los ¨Patiamarillos¨.
Es tiempo ya de dejar a un lado las palabras y concentrarnos en las imágenes que como decía del famoso fotógrafo norteamericano, son las únicas totalmente fiables. Ellas no necesitan adornos para encantar, ellas lo dicen todo.
BARICHARA

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