EN BARRANQUILLA SE VIVE EL CARNAVAL II - Sipote Marimondas-
- Mauricio Olaya
- 22 feb 2017
- 3 Min. de lectura
Continuando el periplo por el corazón de la fiesta grande de Colombia, el capítulo de hoy tiene como personaje o personajes centrales a esas coloridas figuras, de orejas largas y bailarinas, de trompas fálicas y de un vestuario particular cuyo colorido es esencia de ese paisaje cultural que cada año nos regala el Carnaval. Se trata de las MARIMONDAS, un nombre que al igual que lo personificado, es absolutamente policonmutativo en sus significados, en su esencia, en su haber dentro de la singularidad de la fiesta.
Lo primero que hay que anotar antes de seguir adelante con este intento por revelar la identidad y el significado de este personaje, es que no puede tomarse tan a pecho, ni tan en serio. Es fundamental partir de ponernos una vestidura menos formal que de pie al vacile, a la mamadera de gallo, pues la marimonda representa la esencia del barranquillero liberado de los afanes del mundo e investido de esa licencia que da el carnaval para vivirlo y gozarlo.

En el Carnaval se juntan todas las expresiones de la fiesta caribe y la fiesta se vuelve una. La cumbia con todo ese sincretismo cultural entre África, América India y España; El Garabato donde la cultura hispana expone su perfil en los señoritos y damas lindas de la sociedad; las danzas africanas plenas como el Mapalé y el Son Negro; ascendencias transculturales como el Congo Grande que ya decíamos tenía su origen en los portugueses comerciantes de esclavos y la Marimonda, que no hay duda, es Barranquilla en todo el sentido amplio de lo que representa.
La versión sobre su origen es coincidente en todas las historias escritas y narradas. Refiere a la historia de un zapatero de muy escasos recursos que en su anhelo de poder vivir el Carnaval, recurre a esa habilidad innata de la improvisación costeña y tomando distintas piezas de ropa, las compone a su antojo y crea su propio traje carnavalero: pantalones con parches, bolsillos al revés, con una bolsa de empacar harina se hace su máscara, le construye una orejas de cartón y le agrega un moco de elefante, unas medias viejas y rotas le sirven de guantes y el elemento satírico que no podía faltar, pasa a ser la corbata, elemento que para la cultura popular representa a los políticos, gobernantes o los poderosos de billete, que con ese artificio atado a su cuello, adquieren la dimensión de importante: - tronco de corbata-, dirían en su dialecto inevitable.

Con el paso del tiempo, lo que fue un disfraz individual se transformó en lo que hoy día es la mas grande de las comparsas del Carnaval, organizándose por lo menos tres grandes comparsas, cada una de ellas integradas por no menos de 150 personajes. La danza de la Marimonda es la combinación de todas las formas de danza posible. Al ritmo de un fandango, la comparsa se organiza en tres filas y comienzan a marchar, emulando el paso y el movimiento de una gallina alborotada cuando aletea sus alas para intentar volar. Minutos después se sientan y la marcha se hace ahora dando pequeños saltos con las nalgas, ayudándose con las manos de ser necesario, un saludo al público que los aplaude y ellos en su clímax de alegría, caen al piso y comienzan a convulsionar como mico picado por las hormigas.

Uno de los directores Marimonda mas conocidos en la Arenosa es César ¨Paragüita¨ Morales, quien dice al que le pregunta que al ser él, hijo del Rey Momo, por línea directa pasa a ser el Rey de las Marimondas. De ahí que si usted pretende resolver el misterio de estas figuras que no paran de mamar gallo, necesariamente debe acercarse temprano a los alrededores de la casa de Paragüita en Barrio Abajo. Allá circulan como plaga y esquina a esquina comienzan a aparecer, todos en dirección al sitio de reunión, donde tras una ronera que no es mas que tomarse un par de copas de ron, arrancan todas con rumbo a las Margaritas sobre la Vía 40 a esperar su turno de iniciar el desfile por la calle de honor vestida de color y de aplausos para las mamonas Marimondas de Barrio Abajo.


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